"Había una vez un ente caminado por blancas arenas. La luna y el sol colisionaban en el espacio y las estrellas brotaban del infinito mar. Mi amigo recordaba palabras necias y mi novia recolectaba las pisadas que el ente iba dejando. Una muchedumbre se acercó a él para preguntarle el futuro. Él desconocía hasta el suyo propio, sólo podía decirles que mañana sería de día y la noche le seguiría. Los millones de ojos atónitos exclamaban asombrados.
El ente de pies largos y ojos morados caminó hasta sumergirse en el mar y continuó hasta que ya no pudo ver la luna y el sol. Caminó más y más hasta que el silencio se hizo eterno y la oscuridad una rica esencia de libertad. Luego se detuvo, flotaba, esperando que una nueva estrella emergiera.
Las aguas se agitaron y una fuerte luz provino bajo sus pies. Un enorme plato de cinco puntas lo elevó sobre el mar. La gente le miraba atónito y le preguntaban por su futuro. Él respondió desde lo alto que dependía de ellos mismos. La gente exclamó asombrada mientras el ente se alejaba sobre la estrella hasta ser una más en el espacio.
La gente se disolvió en la arena: sólo quedé yo, mi novia y mi amigo.
- Cuando entiendas qué pasó podrás despertar – me dijo mi novia y se hundió en la arena.
Mi amigo me sonrió y se sumergió en el mar. Nunca más volví a verlo.
Yo di media vuelta, sin mirar atrás, y caminé hasta las montañas. Tal vez allí tenga una respuesta. Pero de seguro que podré tocar el cielo y tal vez hablar con ese ente desconocido.
Espero llegar algún día".
1 comentario:
WoW, QUE CUENTO TAN MARAVILLOSO!!! Tu si que tienes una gran imaginación y de verdad que si me gustó tu cuento, eres muy bueno y espero que puedas seguir haciendo más cuentos y más dibujos :).
Att. *YaZ*
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